EL MUNDO DE LOS ESPÍRITUS

Algunos estudiosos del espiritismo afirman que los espíritus vagan por el espacio y tienen una influencia directa sobre los acontecimientos internos y externos. Poseen la facultad de penetrar en las cosas o en los seres humanos e influir en su manera de actuar. A veces pensamos que es el azar quien mueve los hilos de nuestra existencia, sin embargo dentro del espiritismo se piensa que el azar no es ni más ni menos que la herramienta que utilizan los espíritus para comunicarnos algo. Esos augurios, esos sucesos, a veces extraños, que encontramos en la vida cotidiana son signos, señales que recibimos desde ese mundo invisible de los espíritus. Son muchas las cosas que pueden interpretarse como augurios: el vuelo de las aves, palabras al azar, intuiciones, sensaciones corporales, fechas, letras, números, ruidos, crujidos, etc. Cuando nos viene a la cabeza un pensamiento repentino o percibimos una sensación inusual de una manera especial en un momento importante, es un augurio. Esas señales pueden advertirnos de peligros, indicarnos qué camino seguir ante una disyuntiva, orientarnos en un determinado momento, y explicarnos infinidad de hechos. En definitiva, nos ofrecen información en momentos críticos y siempre nos conectan con el mundo invisible, allí donde habitan los espíritus.

Estos seres incorpóreos se convierten en dañinos o benefactores. Los espíritus benefactores son aquellos que han recibido un tratamiento adecuado por parte se sus seres queridos (les han ofrecido misas, han rezado por ellos o les han dado luz a través de las velas). Los espíritus dañinos son aquellos que no han recibido toda esta clase de atenciones, no han obtenido luz para alcanzar el lugar donde deben desarrollarse en plenitud, o simplemente están condicionados por la actitud y el comportamiento que tuvieron en vida. Estos espíritus malévolos pueden se utilizados mágicamente para provocar males a las personas. Aunque afortunadamente con la ayuda de un santero pueden ser anulados.

Para entrar en contacto con los vivos suelen hacerlo a través de una persona clarividente o médium quien ayudado por un guía espiritual (espíritu con el que está identificado) recibe los mensajes de los espíritus. El médium ofrece su cuerpo, su voz y su inteligencia para que "los otros" (antepasados, dioses o demonios) se expresen. La Santería piensa que los espíritus de los muertos pueden ejercer influencias positivas o negativas sobre los vivos dependiendo si el espíritu es bueno o malo.