Cada uno de estos signos o runa es algo más que una simple letra. Para los pueblos europeos precristianos estos signos estaban cargados de una gran simbología y los consideraban como objetos mágicos. Cada símbolo rúnico representa una idea o concepto relacionado con el hombre y con las fuerzas de la naturaleza.
Al tallar el signo de una runa sobre un objeto se creaba una vinculación entre el poder que se le otorgaba a la runa y el objeto y de esta manera los objetos quedaban investidos del poner de la runa. Los soldados infundían poder a sus armas grabando un signo sobre ellas, tallados en las casas servía de amuleto protector, los sacerdotes aseguraban la caza o intentaban que la meteorología fuera favorable para las cosechas y se curaban enfermedades o se intentaba asegurar la caza. Se consideraba que las runas poseían cierto poder mágico, eran misterios, secretos que encerraban confidencias y que los sacerdotes empleaban para predecir el futuro en sus prácticas de adivinación, para influir sobre el curso de los acontecimientos, para adquirir conocimientos por medios sobrenaturales en sus prácticas de magia, y para obtener respuestas y consejos cuando las runas se utilizaban como oráculo.