Esta Carta es el símbolo de la iniciación mística. Según la forma oriental, estando inmóvil, es cuando se está dispuesto a poner atención, a escuchar. Indica que a través de la soledad y del dolor, nace la idea clara de la base para la aceptación y la transformación de uno mismo.Cuando aparece al derecho, es decir, boca abajo, el consultante tiene todo el tiempo que desee para revisar situaciones y aplazar cualquier decisión, aunque refiriéndose mas a ese cambio interior que al exterior, para lo que haría falta la meditación. El ahorcado te avisa de un periodo de espera entre dos acontecimientos significativos.
Profesionalmente te indica que los éxitos se consiguen con trabajo y dando pequeños pasos.
Como persona, se trata de alguien inclinado a sacrificios e idealista.
En el plano afectivo, aparece un amor platónico, romántico, que inicialmente no ha sido correspondido. La unión en la que piensa el consultante, será buena y duradera pues se ha construido sobre una paciente espera.
En posición invertida, es decir, cuando el arcano aparece derecho, significa ocasiones perdidas, riesgos, no es capaz de aceptar responsabilidades.
Como persona, alguien demasiado tímido, introvertido, un marginado, con algunos trastornos mentales.
Profesionalmente, necesita un cambio en su trabajo.
En el plano afectivo, señala el fin de una relación, separación. El consultante no está de momento preparado para compartir. No se debe excluir que se tratase de una persona ya comprometida.
El efecto de esta carta ,será aproximadamente de cinco a seis meses.
Esta carta representa a la materia con un aspecto terrorífico. Sostenido por dos personajes semihumanos como el diablo encadenados al pedestal y que representan a las pasiones que aprisionan al hombre reduciéndolo casi al animal. Se relaciona con la ambición y el deseo de poder.
Representa lo sólido. Todo en esta imagen habla de autoridad y de dominio, desde el mundo interior al exterior. El secreto del poder está encerrado en el equilibrio, no dejando espacio para la debilidad . Las emociones y los sentimientos se mantienen bajo el control de la razón. Nada se deja al azar.