El Ojo de Trigre para atraer el dinero

Si lo contemplamos fijamente mientras lo movemos podemos observar que algunas zonas brillantes en su interior cambian de color y tamaño. Este efecto óptico que se puede apreciar en el cuarzo ojo de tigre y le da su aspecto característico es muy común a otras gemas y se denomina "brillo de ojo de gato". Sus colores marrón y amarillo brillantes con un diseño a rayas se asocian al Sol y la Tierra, por eso sus propiedades por un lado nos empujan y ayudan a que tengamos los pies en la tierra y por otro avivan la libertad. Recibe el nombre de "piedra de la independencia" porque se supone que quien lleva esta piedra es menos dependiente de los demás y favorece la ruptura de lazos o asociaciones. Se cree por esto que de alguna manera fomenta el divorcio. Los árabes utilizaban esta piedra para probar la fidelidad de las esposas cuando tenían que emprender un largo viaje. Antes de su partida daban de beber a su esposa un tazón con leche en el que previamente habían introducido un amuleto de ojo de tigre. Se pensaba que si la mujer era infiel durante la ausencia de su marido no podría quedarse embarazada de su amante.

 

La Amatista, piedra de la curación

Dentro de las piedras semipreciosas o gemas, la amatista ocupa un lugar destacado por sus propiedades mágicas para curar el alcoholismo. Su nombre, procedente del griego, significa “sin embriaguez”. Se dice de ella que cuando se lleva en forma de amuleto la persona queda protegida de cualquier borrachera ya que tiene la propiedad de absorber el alcohol de la sangre.
Este vínculo entre la amatista y la sobriedad arranca, una vez más, de una leyenda que nos viene de la antigüedad de manos de Aristóteles quien nos explica a modo de fábula el origen de la virtud antialcohólica de esta piedra. Según nos cuenta el filósofo griego, durante una de las orgías etílicas que Dioniso, el dios griego del vino, acostumbraba a organizar, secuestró a una bella ninfa llamada Amatista con el deseo de poseerla. Ella, deseosa de librarse de los brazos del dios, suplicó a la diosa de la castidad Ártemis para que la ayudase, y ésta, escuchando sus plegarias, la convirtió en una brillante joya. Dioniso, avergonzado de sus actos recuperó la serenidad y coloreó la piedra de un tono violeta pálido, el color de su vino predilecto, jurando que todo aquel que llevase esa piedra estaría libre de los insanos efectos del alcohol y protegido de los modales licenciosos de un borracho.

La calcedonia, procesos legales y a los viajes

CalcedoniaSi alguna piedra está estrechamente vinculada a los procesos legales y a los viajes, esa es la calcedonia. Goza de una excelente fama como amuleto protector en estos dos ámbitos. En el universo de la gemología se la considera una piedra que trasmite suerte en los ambientes legal y ayuda a ganar procesos y pleitos favoreciendo cualquier asunto relacionado con la justicia. Durante el Renacimiento era muy corriente esculpir en calcedonia la figura de un hombre con la mano derecha levantada que se utilizaba para obtener éxito en los juicios. El otro gran aspecto esotérico de esta piedra cuando la utilizamos como amuleto es la gran capacidad que tiene para alejar las desgracias y las enfermedades durante los viajes. Por eso es una gran protectora del viajante. En América es muy frecuente que las personas que deciden emprender un viaje incluyan una pequeña calcedonia en su maleta para sentirse protegidos durante las travesías.

Turmalina, la piedra camaleónica

TurmalinaSe la denomina "piedra camaleónica" por la gran variedad de colores y tonalidades que presenta. Muchas de ellas tienen una gran similitud con otras piedras preciosas. La turmalina verde se parece mucho a la esmeralda, la roja al rubí, la amarilla al topacio, la azul celeste a la aguamarina y la azul al zafiro, por poner algunos ejemplos. En algunas ocasiones el color no es tan uniforme, como es el caso de la turmalina cabeza de moro que es clara en la base y negra en la parte superior. Las turmalinas están compuestas principalmente por sílice y alúmina. Algunas se las conoce con otros nombres, así la turmalina negra recibe el nombre de "chorlo"; la roja "rubelita" y "Piedra de Cristo"; la azul "indicolita"; la amarilla "peridoto de Sri Lanka"; y la incolora "acroíta".